Un rayo de luz

Quizá después...

de uno de esos golpes que da la vida.
De uno de esos golpes que resquebrajan,
enterrado entre desalientos y dudas…

Entonces,

Quizás porque luchaste
sin cuartel contra el destino.

O tal vez,

porque en la grieta de cemento
florecieron margaritas…

O un perro despistado y vagabundo
humedeció la esquina.

Tú abrirás los ojos
con un impulso ciego.
Un golpe de tu corazón,
que es un maestro.

Y verás ese rayo de luz
que grita sin palabras…

¡Aún quedan esperanzas.
Aún es tiempo!