Sin razón

Estoy cansada,
de este arrobo tan singular
de la perdida de la desesperanza, y
de este pobre indicio,
que me dice
que mi corazón anda perdido,
hablo del corazón, en lugar de
mi estomago, mis entrañas, la luz
del porvenir
si quisiera perdonarte, si quisiera decirte
te perdono, juro que no quiero
volver otra vez a la esperanza
quiero saber que los hombres, las mujeres
valen siempre lo mismo,
cualquiera sea la suplica que nos impide
tentar la libertad,
y el vacío
que nos ahorra las visitas
a medianoche
de un amor jodido.
Perdonarte y dejarte de querer
y aun así, velar
por una tierna felicidad hecha de cosas
como la tierra, el cielo, el árbol y la piedra
quiero que el agua que me inunda
que me hace encoger, humedece mis huesos
me retorna al lugar donde el miedo
no es horror, ni muerte, ni tortura
sino la enormidad de esta vida nuestra
que sin un dios es infinita
y me trastorna,
me ha hecho invencible
curiosa, transparente
nos arroba y arrastra
hasta el lugar donde los juncos
y el sol llegan al mismo tiempo
sin saberse, sin conocerse
resumiendo el atardecer
tentados por el aroma del aire
por cardos, cigarras
y pájaros sin nombre.
Como nosotras
como vosotros
llegados de cualquier lugar
bienvenidos a ratos
y a veces proscritos sin razón.