¿Quién ama más?

Mismo lugar,
mi amor,
tiempos distintos...

¿Crees -y por eso
te empeñas en que
ocurra-
que ocultando
ante todos
que te amo,
estoy reconociendo
mi pecado?

Porque dime:
Ante ellos,
ante ti,
ante quien
todo
lo ve,
¿vienes a verme
a mí,
dulce Renata,
o a que me arrepienta
de amarte?

¿Por qué haces
sufrir tanto
a tu Gilbertio?

¿Acaso no lo amas
como él a ti,
sino -más aún-
castigando que te ame?

¿Quién ama más:
tú, o él?

¿En nombre de quién
obras así,
llevando a fray Gilbertio,
alma mía,
ante el docto tribunal?

¿No ves que tanta inquina
es amor,
amor mío,
lo que esconde?

Si quisieras mirar mis
ojos un momento,
te enseñaría,
sor Renata,
el camino a mis labios,
y allí, en silencio,
bajo el frío firmamento
refulgente,
unidas las manos
en mi pecho,
nos sorprendería la aurora.