Causas

poema de Syre

Pudo ser inmortal, pero no lo quisiste.
Maravilloso el tiempo que duró,
más que yo, tú no sufriste…

La más bella rosa
que en un campo de neblina crecía.
Cegado por sus hirientes espinas, la verdad no percibía.
Para mi alma fue una sensación dolorosa.

Subía por tus brazos,
hasta llegar a tus labios de seda.
Afloraba una seguridad en tu regazo,
Pero qué más da, en el pasado queda.

Del cielo al suelo, cayó…
Tu mirada ya no me pertenecía,
tiraste lo que tanto esfuerzo costó.
En tu amor ya no creía.

De todo a nada, preguntaba…
de la musa amada a la letal asesina,
lo siento, tu nombre en mi mente ya no camina.

Decidiste ser feliz sin mí, tú escogiste.
Tu felicidad es la mía, mentiste.
Lo era todo para ti, tarde lo comprendiste.
¿Regresas a mí? Querida, vuelve por donde viniste.

Todas tus lágrimas son una careta,
no querida, no llores, haz una pausa.
Este es mi momento, no es vendetta,
de tus actos, aquí tienes la causa.

Este es el final,
de un dolor que parecía abismal.
Los recuerdos vienen, dejaron cicatriz,
pero como llegan, se van en un desliz.

Ahora sigo siendo libre,
después de tu partida,
surgió una sonrisa
que hasta para mí, era irreconocible