Flor Silvestre

poema de San Brendano

Las calles saben a humo de cigarro barato.
Los bulevares a cualquier hora permanecen abiertos,
y la gente se amontona para degustar una copa de vino.
El ajetreo cotidiano alza sus mezquinas costumbres a la mesa.

Las bellas jovencitas, muestran sus encantos placenteros al ofrecerse cada anochecer.
Tienen escrito en el rostro de porcelana maltrecha, un cartel enorme a fuego: "Bienvenidos", leen sus clientes.

Unos cuantos invitados pulsean entre ellos y las barajas de póker revelan su destino al caer sobre el mesón.
La sala de anfitriones, esta noche se transforma en la más hermosa y pueril jamás vista.
El principal anfitrión invita a sus mejores postores a invertir.
Muestra su billetera abultada y haciendo uso de la estrategia
compra las almas que nadie reclamo.

Y sin equivocarme
esta noche fabulosa
la suerte nos revela sus prodigiosos secretos.
Las luces desperdigadas entre la carretera
el cine y los bailes
no cierran por hoy.

Suenan las campanas en las antiguas iglesias
donde antaño, nosotros, hombres del poder comulgamos falsamente.
Los otrós, monaguillos y beatas, nos contemplan con asco si sembramos la discordia.

No obstante, continuamos de juerga.
El aroma a champagne extrañamente se apaga
aromas frutales atraviesan el aire contaminado
los gritos menguan al compás de esa embriagante música.

El juego vulgar pierde su exquisitez
no sienten más movimientos las cartas
y aquellas manos no inventan otra mentira.

Las jóvenes prostitutas callan
el cancionero renueva sus pistas
Y envuelta en la noche de terciopelo negro
camina a oscuras Silvestre.

Bella manifestación de semidiosa
ambos ojos cristalinos y lampiños
tan gélidos como nieve impenetrable.

Asustan al que se entromete entre sus veredas
y mientras otros suspiran a grandes voces no poseerla
Esta singular cenicienta, actúa de famosa actriz.

Hace gala de sus pronunciadas curvas
los labios gruesos color turquesa
se sienten intrigados ante esos peculiares ojos.

Silvestre, hermosa y triste
perfección inigualable
rostro virgen
alas suaves tras sus anchos hombros de origen andrógino.

Pechos hambrientos sin leche
el vientre seco por una cruel perdida
Los invencibles y seductores muslos
que contuvieron mi aliento entre ellos.

Una infeliz sonrisa
aunque tus ojos continúan siendo soñadores
y la correcta postura me devuelve algo de la infancia que perdí.

Lirio de las altas cumbres
Olor a incienso bajo las montañas.
Feroz y tierna como el mar.
Del mismo canto que susurran y envuelven las Ninfas
hijas de corales y espuma.

El alma te robaron esa noche y en tus carnes se ultrajo la divinidad.
Se desangraron las virtudes, antaño relucientes
lo más precioso para ti
ahora yace dos metros abajo, cubierto de arena y cal.

Tus lágrimas inocentes decoraron el mortuorio ataúd.
Las fantasías eternas
en lo profundo de la mente
con siniestra venganza
y pánico angustioso
hablaron entre ellos.

En tanto, sometida a un cuchillo,
estuviste sola largos días que se hicieron leyenda
por culpa de un asesino sin remordimientos.

Eras la nieve de marzo
gotas de néctar y roció
perfecta y sincera
no se halló en tu corta existencia iniquidad.

Flamante, buena amiga, pasión sin roces
las frases son cortas en comparación.
La mayor, el trono de las gracias y quimeras
siempre serán para usted.

Una foto en mi obituario.
El único cielo turquesa al asomarme a mi pequeña ventana.
la escena teatral contigo impartiendo clases a cualquier hora.
Una flor sobre tus ónices cabellos.

Te imagino vagar a solas
tan derechito del viejo antro
esas incomparables pisadas
y el perfume exquisito n°5 robándonos las ansias.

No olvido tus caprichos
las salidas y las tardes juntos
ni los sueños frente al espejo.

Yo partí, antes que llegaras a encontrarme.
En las penosas letrinas de una cripta aún clamo tu nombre.
Algo nos llama la atención, a las criaturas muertas,
rió al familiarizarme con semejante figura.

Eres la viva reencarnación de las santas mujeres
Pero no llevas una radiante corona sobre las sienes.

Pero tu reino, es mucho más enorme que estos sueños de fábula.
La insignia real que te bautiza son las espinas sanguinolentas
y entre las uñas,
un soberbio ramillete.

Un velo nupcial recubre el pálido rostro y las lágrimas no se ven.
Es Silvestre, luz entre sombras.
Radiante, sonora, e invencible como antes.
Se revistió con el manto de la adusta mortalidad,
para reunirse conmigo en estos avernos.

Sí, princesa Silvestre,
extraña nota musical que se niega a irse del acto.
Rinde tus armas al suelo
y abrázame en la fatal agonía.

Sus finos labios hacen una risilla tierna
y lanzándose a mis brazos
finalmente, nos unimos en un infierno mucho más hermoso.

https://www.youtube.com/watch?v=Eq3i6aP4Rys

Para ti E.St

Comentarios & Opiniones

NUZ

¡Un hermoso poema mi querido Amigo! Realmente me he deleitado al leerlo, te felicito... Versos simplemente espléndidos.

Critica: 
San Brendano

Gracias Nuz, un placer!!

Critica: 
NUZ

Discúlpame creí que eras un chico y por eso te llamé "amigo", pero en fin... ¡Tienes un gran talento! Gracias por compartirlo con el mundo entero.

Critica: 
NUZ

Ahora yo te invito a que compartas conmigo un comentario en este poema

poematrix.com/autores/norvin-barrantes/poemas/dama-de-la-
noche

Critica: 
RalFox

Estupendo trabajo felicidades todas las estrellas

Critica: 
San Brendano

Gracias Ralfox, muchs bessos

Critica: