Poema 5

poema de Sergio96

El cielo estaba ya vacío, sus labios declamaban la salida,
corriendo tras el vuelo; las figuras tornaban más ágiles,
la frágil cadena de silencio callaba en silencio fatiga
y el viento se llevaba las últimas de sus tantas frases.

El tiempo envejecía tras la lúcida huída de aquel ángel;
eran tantas las horas de espera y tantas las ansiosas lágrimas
que en picada simplemente desaparecían de las almas
y el llanto que se perdía a lo lejos del sendero junto a el.

A lo largo del camino, las pedregosas lluvias y el agreste mar;
de vestido blanco y ondulado desde cabeza a pies,
acariciada por el viento y por la brisa del viajero, descabellada a la vez
se dejaba en las manos de la suerte, rezando sus últimas oraciones, librarla del mal.

Las noches se acercaban, y su mirada perpleja y perdida,
preguntándose si la hora se acercaba con más sigilo.
Las gotas encaminaban a sus marrones ojos, contando historias de la vida
y mientras la noche muere en el alba, yacía reposando en el sueño más perdido.

Nadando en un mar de sueños, más larga a la espera
de sus ya canosos cabellos, moría lo último de vitalidad.
Intrigado el tiempo, que a su vez llegó a partir, de su voz, es verdad
ya iba con su mano de ayuda, por último que en esta vida, nada lamenta.

Sergio Gómez Deza (:

Comentarios & Opiniones

ORTIZELBA

Un gusto leerte Sergio, bello escrito. Saludos.

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