A un amor que nunca fue.

A un amor que nunca fue,
le dedique palabras y canciones como todo hombre enamorado.

Toque mi violín, le escribí mis poemas mas bellos,
como todo hombre enamorado.

Y como todo hombre enamorado, los sentimientos en ocasiones no bastan.
Quizá nos quisimos, quizá solo yo,
o quizá solo fuimos un amor pasajero.
Me perdí en el verde de sus ojos,
en lo claro de su piel, en lo suave de su cabello,
me perdí como todo hombre enamorado suele hacerlo la primera y la ultima vez.
Como alcohólico prometí "que sería la ultima vez"
"que la dejaría" pero me hacía tan feliz escucharla,
y como hombre enamorado volvía una y otra vez.
Quizá volvía ella porque yo podría darle todo, pero en ocasiones cuando el mundo mas apretaba y no tenía ni un momento para mi, aun ella estaba ahí.
Me enamoraba pensar que no era uno más.
Como un hombre enamorado así construí una historia sin final.

Al amor que nunca fue,
le ofrecimos el mundo, y quizá unas cuantas estrellas.
Al amor que nunca fue,
le entregue los fundamentos de mis miedos,
las bases de un futuro.

Y aunque nos arrepentimos y el sentimiento te desgarra el pecho de entregarlo todo por un nada, continuamos felices creyendo que era lo mejor de "ese momento"

Como hombres y mujeres enamorados dimos amor, momentos, sentimientos y hasta el cuerpo por creer que era lo mejor, que era la solución o el paso necesario para sentirnos bien con nosotros mismos y con esos sentimientos, fallamos, nos levantamos y regresamos, para volver a caer una y otra vez y en ocasiones hasta olvidamos la cuenta de cuantas veces nos hemos tenido que levantar, aunque el "corazón" no entiende de razón, continuamos con esa convicción, de que en algún momento dejaremos de vivir como el "hombre o mujer" enamorados, para terminar escribiendo a un amor que nunca fue.