A Ella
A veces la madrugada embriaga locura en mi ser,
envolviendo mis pensamientos,
en un laberinto sin retorno,
frío y fugaz,
es lo que se encuentra en mi.
Deambulando en la penumbra,
busco tu aliento,
tu olor, tus caricias,
solo ese balsamo que tranquiliza mis incoherencias,
aquel rostro de porcelana,
fruto prohibido,
todos tenemos limitaciones,
yo tengo el mayor ego,
ese que eclipsa mi torbellino efusivo.
Vivo en un vaiven con Morfeo,
solo tú pones mi existencia,
en un frenesí efimero,
donde mis pies tocan el suelo,
tan frio y cruel,
que mis alas se han roto una y otra vez,
donde ellas surgen de las cenizas,
como un vals sin fin,
evado mi realidad.
donde cada día es un eclipse,
al no tener tus labios con los míos,
tu cuerpo con el mío.
Esta tormenta pasará,
mientras tanto,
el insomnio es mi amante,
cuando la inexistencia,
es mi fiel acompañante,
y yo aquí sigo sin ver la luz del sol.