Ojos de Sol

Cada mañana al despertar
voy y cierro las persianas,
pues los rayos del sol iluminan la belleza de su cara
no la fueran a interrumpir
yo quería que descansara.

Ya no era tan joven
cuando notaba la ineficacia de esas persianas
aun entraba la luz,
aunque estuvieran cerradas.
No quería cambiarlas,
esas cortinas me encantaban.

Un poco mas viejo me rendí con las persianas
descubrí también,
que a los rayos del sol los amaba,
pues me dejaban ver,
la hermosura de su cara.

Los ojos de un ángel me reflejaban,
cada mañana me asombraba su mirada,
no podía creer
que con ella fueran mis mañanas.

Tuve que cambiar las persianas
estaban ya muy viejas,
pues sin darme cuenta,
ya tenía 70.

Mis cortinas nuevas eran pura estética,
pues seguía teniendo el mismo problema
la luz entraba,
aunque estuvieran cerradas.
Yo enojado arrancaba las persianas,
habían sido caras
y no servían para nada.

Un día triste me despertaba,
no había pasado mucho tiempo
desde que quite las persianas
y me levante porque algo me faltaba.

No hubo luz ese día,
ni vida en su mirada,
mi amada se había ido
y ya no me reflejaba,
fue en ese entonces
cuando mire por la ventana,
aunque no hubiera cortina,
no había luz que entrara,
y en ese triste momento
descubrí que la luz
era solamente su cara.