AMÁNDONOS SIN IMPEDIMENTOS

AMÁNDONOS SIN IMPEDIMENTOS.
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Dedos sucios, llenos de alquitrán. Brea candente filtrándose por mi sien.
Pobres momentos desposeídos, inciertos susurros de olvido.
Perdido en avatares ignotos el amor es la liberación.
El fiel merecedor de gloriosos momentos.
No más silencio, no más tormento.
Sensaciones multiplicadas como el mismo polvo.
En los días y las noches, en esas noches contigo, puntual viene la luna fiel a su cita.
Es ella quien indica los meses de espera en mi calendario, es del reloj las manecillas que señalan minutos y horas, noches y días.

Es un conjuro de ángeles susurrantes el que ha traído tu amor a detener mi abandonado reloj de arena.
La llegada de tu aroma, mi olfato purifica.
La esencia huele a flores y con ese aroma perfumas mis brazos, inundando mi cielo mientras te beso, con el corazón en mis labios.

Mi cuerpo muere, palidece mi alma y renazco en tu vientre porque tu amor es fuego y tus besos las llamas.
Me quemo lentamente, caigo en cenizas,
tu boca me resucita. Las montañas se estremecen, las nubes retoman su vuelo.
Retumba la tierra, tiembla mi cuerpo y por tus caricias grita un espíritu estremeciendo a los astros esos mismos que un día se alinearon y nos juntaron bajo un mismo manto.

—Cielos por encima de los cielos,
así mismo la tierra y los mares—

Emigraron las tormentas, huyeron los amores secretos. Solo queda lo que queda; amarte, sin impedimentos.
Esta noche, el verano golpea la ventana y pienso en ti, en nuestra nueva cita. La idea de tu ser y unido al mío, mi mente incita. Vibra mi cuerpo, tiemblan mis manos y mis labios te llaman, ¡mito de luz!

El agua que desea mi desierto ilumina tu alma, y sacia mi sed.
Servido el sediento...
Tu aroma, tu esencia y los besos rondando mi libreta, se juntan danzando en mi pluma plasmándote estas letras.

¡Me lees, me entiendes!
Interpreta mis letras con un diccionario de adolescente.
Mientras te escribo, te beso y me besas en dulces momentos.
Te vivo y me vives, amándonos sin impedimentos.

Raymond Sánchez.