¡Hagamos arte y no la guerra!

¡Hagamos arte y no la guerra!

Hagamos arte con cada palabra del vocabulario, en prosa y verso y, si se nos acaban inventemos más, dándoles su propio nombre, significado y color.

Hagamos arte con cada nota musical, que los acordes se nos hagan cortos y llevemos a las infinitas estrellas a bailar, escuchando a las constelaciones cantar.

Hagamos arte con la expresión corporal, haciendo danza y levantando brazos hasta tocar la luna con los dedos, pisando en puntillas la tierra mojada, seca yo que sé.

Hagamos arte con la pintura llenando de colores nuestra cara y luego el papel hasta caer en carcajadas de puro entusiasmo y placer.

Hagamos arte con la escultura usando: arcilla, cerámica, barro, hielo, lodo... Lo que sea pero hagamos arte.

Hagamos arte con la arquitectura, dejemos anonadados a todo ser vivo que vea el espectáculo creado con ingenio, talento y dominio.

Hagamos arte para disfrutarla comiendo palomitas de maíz, canguil, crispetas, cabritas, pipoca, poporopo, curagua o como sea que lo llamen, pololeando en un día rico de lluvia mojada...

Hagamos arte, que de guerras, dolor, tragédias, el mundo ya está lleno, casi listo para explotar, naufragar quizás y perderse en un colapso total.

Por: Priscila R. de Azevêdo