I
poema de Patricia Ospina
Hace tiempo ya conocen mis manos
tu piel dura de deidad desterrada.
Te navego confiada y sin remos
pasando tus marcas de bestia alada.
Hasta el viento obedece tu mirada.
Y yo corazón reo, tigre rendido,
te abro de par en par mi entrada.
Y eres tan amable como eres fuerte,
y fresca tu boca de sal marina.
¿Cómo olvidar tu expresión felina
de simultánea presencia de muerte?
Y cuando toques mis nervios perplejos
Llegarás muy tarde por no estar siempre,
Amo mío, si nunca te quise lejos.
Comentarios & Opiniones
Precioso Poema, Patricia, expresa muy bien el sentimiento, estrellas para el.
Un saludo
Fascista enamorado, muchas gracias por pasarte por aquí de nuevo.
Va cruzando el estrecho el nervio del sueño y del abismo, y en el horizonte se ven atolones de mar gruesa. Muchas felicidades por tus versos.
Saludos cordiales. Sumisión y apego, expresado de forma delicada. Un cristalino y vivo contexto que realzan la elocuencia de su obra. Bravo.
Rogervan, muchas gracias.
Sí, Metacrak. Es el motivo que más me mueve. Mi devoción es muy profunda al que ha sabido corresponder con cuidado y respeto.
Muchas gracias por pasarse por aquí de nuevo.
Bellísimo Soneto!!! Un abrazo grande, amiga!!!
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