POESÍA MÍA NO ME RECLAMES (CUARTO RECLAMO)

Aún observo a este pianista compartiendo la luna junto conmigo
Vituperando sobre la silla de tu cuerpo junto al mío
Te reclamo por haber besado mis pechos,
Lamido mis pies y mi ombligo; pero lamentando mi huida.

Describiste mi cuerpo perfectamente,
Gritaste al sonido del blues irreverente
En aquellas calles de soledad y hambruna sobre África
Ciegos tus ojos sobre el capitalismo.

Aunque fui tu perfecta amante no te olvidas de mi
Ni de mis besos, mis caricias, mis curvas pronunciadas y orgásmicas
Emancipándote mientras me describes
Penetrando las más dulces palabras y febriles.

Aquellos cajones sin salida prostituyendo las realidades de siempre
Ni los sangrados labios de hojarascas
Sedientos de sexos sin concupiscencias ni con filias únicas
Así, en el terreno de lo moral, te amé profundamente.

En aquellos cuerpos descritos en Andalucía y chicago
Gritando por nuestros encuentros hechos añicos los corrompidos
Los que no tienen vos, los callados,
La hacernos el amor les dimos cantos de libertad.

Si, amor mío, te reclamo por haberlos callado por mucho tiempo
Siendo mi único poeta, libre en mis noches quebrantadoras
Haciendo libres a los seres educándolos en pureza
En triunfos anónimos contando historias desgarradoras.

No importa como lo hacemos, como los liberas,
Has simple a los importantes e importantes a los simples
En tu mano hiriendo las caravanas de los magos burgueses
Siguiendo estrellas iluminando sus faros opresores.

Amor mío, todavía te reclamo.
DERECHOS RESERVADOS EDUARDO BENAVIDES T.
SEUDONIMO OVEJA POETICA