Por la mañana
Amanece y el aspaviento del silencio cubre,
tu serenidad plena y tu olor profuso
amanece y la calma abraza tu cuerpo inerte,
mientras tus ojos descansan en sueño profundo
tu somnolencia tirita bajo el manto que a la vista niega,
la silueta indaga de una mujer cual figura sosiega
En la habitación deambula una fragancia dulce,
y su velo blanco mi cuerpo cubre
apacigua la inquietud de mi cuerpo en tu cama leve,
el sutil bostezo corrompe mi necedad y mi cabeza soleve
sol tardío y desvelo en tu mirada incrusta,
el sonreír reboza mis ojos su reflejo fausta
El lecho propaga añoranza, en la ventana un reflejo
habitación calmosa y en la puerta un murmullo regreso
cual sombra discernible en la lejanía de mi vista
se fuga la silueta y sobre su espalda mi clamor resista.