PETICIÓN A CÉSAR VALLEJO

Atended, César Vallejo:
es ésta la petición
de un poeta mocetón
que tiénete en vivo espejo.

Éste aprestó su coraza
para enfilarse a la lucha;
su preeminencia no es mucha,
pero soporta él la maza.

Él tendrá unos veinti-tantos,
y tiene por noble vicio
(que no le da para oficio)
tejer esquelas y cantos.

¡Yo soy tal bardo!; soy quien
contra las musas batalla
por hacerme la medalla
que tú luces también.

Por eso hoy te peticiono
que, aboliendo las intrigas,
mis tristes letras bendigas
y no las pise el encono.

Que me alumbres y me guíes
con tus antorchas divinas,
y cuando ande entre ruinas
me animen tus colibríes.

Que se empape de tu añeja
champaña mi lengua tosca,
y que mi vuelo de mosca
imite el tuyo de abeja.

Petición hecha. ¿Concedes
a éste joven que te admira?
¿Podrás afinar su lira
que destempló Ganimedes?

¿Podrás realzar su canción
pedestre, de burdo estilo,
que entona en el peristilo
de tu espléndido Erecteón?

Concede, buen sacerdote,
a este rebaño que empieza;
y de loor, sol y belleza
su pensamiento se dote;

y nuevos senderos abra
con imbatibles piquetas:
Vallejo, que estos poetas
tienen fe aún en la palabra.

D. R.