Enfermedad

Enemigo doliente que va consumiendo el sentido de pensar.

Razonamiento, ideas, imaginación se nublan en el universo de mi cerebro.

La energía que tenia va desapareciendo ante el avance inevitable de ese espíritu invisible
que sigue luego quitando el oxígeno.
Brisa vital para estar lúcida.
De pronto una sustancia líquida llena de antibióticos comienza a penetrar mis venas.
Máscara con ventilación indispensable
Ayudan a fortalecer mi cuerpo nuevamente.
Toco fondo. Llego al límite.
En cada consulta era un diagnóstico distinto
"no es nada..un resfrío". "Seguro se enfrió "
"Poca fiebre un tafirol" entre tantos otros diagnósticos y tratamientos errados.
El tiempo inexorable rasgo las fibras de mis musculos.
Dios te suplico, ayúdame, ya no siento fuerzas.
Dolor lacerante en mi espalda.
Espamo continuo.
Complicaciones con el tratamiento.
Toda mi familia me acompaña.
La sala fría del hospital no me deja descansar.
El sueño me domina pero siento que estoy despierta.
Días y meses pasaron. Una eternidad.
Jamas volvería a casa pensé en algún momento
De pronto un sacerdote visita los enfermos.
La bendición recibí.
Navidad y año nuevo lo viví en el hospital.
Un mundo distinto. Gente misericordiosa
Pequeños regalos nos hacían.
Una pequeña mesa, ambientada para la ocasion.
Mi familia y mi amor, conmigo estaban.
Y un buen día ya no me faltaba el aire
Comencé a respirar ese aire vital
Que a mi cuerpo vida le daba.
Gracias mi Dios ya estoy en casa.
18/01/17
Reservados derecho de autor
Noemí F. Figueroa