Espacio

Pensé que habría espacio para mí.

Me revolví en intentos por confirmar si hallaba
esa pequeña banca que en una ruleta de turnos
puede convertirse en mi palestra,
mi refugio seguro,
donde pueda recitar en calma mis azares, gustos y miedos.

Pero no encontré nada,
y mi torpe insistencia me hizo verlo varias veces.

Quizá...
Es que no hay lugar para quien simula no necesitarlo.
No hay ojos capaces de traspasar una coraza
llegar al alma,
y desentrañar su ánimo sincero.

No se reconocen los significados de
los gestos, las miradas, los silencios, las risas falsas.

Son habilidades que requieren
empatía, interés y conexión.

La luz de la desilusión reveló mi propia necedad.