Nigrum luna.

I
Es un poeta bajo la luna,
escribe en una hoja entre el vaiveneo de la aurora,
las letras caen como lises en la duna,
¿a quién le escribe poesía?
si la naturaleza musita en él su elegía,
y para el hombre y la mujer el poema es ya un sueño sin vida.
II
Los versos, inmersos en su boca, en un vacío insondable,
los brezos, como sombras de una luna trasiega e inefable,
perdidos en ayeres grises, como un racimo de nenúfares
empellados por brisas y desolaciones, son sus brazadas y sus oleajes.
III
Es un poeta bajo la luna,
escribe en una hoja, con tintero, sobre su piel incolora,
las palabras sucumben y caen en una vetusta urna,
¿a quién le escribe su poesía?
si el infinito difumina en él su nívea cavatina,
y para el humano la poesía es ceniza y nostalgia.
IV
Escribe en una lápida, cerca de una trémula bujía,
en un halito umbrío se adosa, es un inicuo vampiro
recoge un cuerpo tibio y después lo sepulta a la obscuridad de un lirio,
cual si fueran rimas exangües que han perdido el rutilo,
es la sombra acariciante del poeta que te evoca en su latido.
V
Cuanta neblina sucumbía de tus mantos rubicundos, y al divisar tu retrato,
cuanta belleza se ocultaba detrás de tus ojos y tu piel, donde siempre parecía llover,
tu sonrisa ayer, despuntaba una alicaída alba y hojas tristes de loto,
el viento clama y su endeble susurro a mis manos dejo caer tu foto,
revistiendo tu fisonomía de hojarasca, difuminada por amor y tiempo,
el rumor del firmamento, escrito en tu memoria, en mi pecho se espetó.
VI
Es un poeta bajo la luna llena,
le escribe a su musa,
en sus ojos negruzcos rielan hojas azul de loto,
ella, como un raudo eco, se pierde en la marea,
y sus apacibles sombras en su cuello dormitan,
igual que flores arrancadas, perecen y tiritan.