Luna de beldad

I
Aquí me tienes,
en esta noche maravillosa,
observando la luna,
envistiendo las estrellas de sosiegas,
regalándole, una tormentosa anécdota.
II
Mientras la miraba,
recordé mis más penosas rumbas,
que saciaban mis rupturas,
en mis peores noches ciegas.
III
Recordaba mi peor ruinera de aquel día,
no me dejaba levantar,
ni aquella gran saja que habitaba en mi pecho,
que no dejaba de apaciguar en mi más profundo sueño,
clemencia pedía a mi decencia,
para que me perdonara en esta noche de luna llena,
que me abismaba en esa noche tardía.
IV
Mientras contemplaba aquella luna,
que me seguía a donde iba,
como si fuese mía,
me deje acariciar por su brisa nula,
me sentía defendido de los vientos,
que envestía el más profundo sufrimiento,
en el más vano ramo seco.
V
Dormía con aquella luna,
que no podía dejarla sola,
en esta noche agradable,
que parecía apacible y sofocante,
y a la vez tardía e inquietante.
VI
Regresaba mi incertidumbre,
en esa fría noche,
que segaba mis decencias,
que se elevaban en demencias,
hacia esa hermosa luna,
que parecía que nunca se apagaba,
que nunca se dejaba llevar por tristezas e insolencias.
VII
Le sonreí a la luna,
para despedirla por este día,
pedirle paz y piedad eterna a la mía;
felicidad para ella,
afabilidad a tus estrellas,
que te brinde compañía en tu aura,
armonía y templanza;
que siempre te siga, oh bella luna.