Llego la hora del olvido

Llego la hora del olvido.
En mi alma no hay rencor.
Abandono aquí tu camino.
Me desprendo de ti,no sin dolor.

Agradecido de lo bueno
que tus manos me entregaron.
Mas, triste de lo que ellas
no supieron dar...
Así es que me marcho.

Se que mi nombre desvaneció en tus labios,
que otros besos de allí lo borraron.
Se que tu,feliz ahora,pronto me olvidaste.
y ya no importa,lo aseguro,no habré de llorarte.

De desdichas y amarguras,
ojala nunca el destino tu vida cruce.
Que nadie, de amor,un falso corazón te entregue,
ni un cariño de los que hieren.

Eres libre de mi ahora,
no ha de buscarte mi amor una vez mas.
He comprendido ya
el dolor de aferrarse a una difunta ilusión.
No prometo recordarte,
tampoco olvidarte prometo.
Estoy agotado para entregar una promesa.

Suelto tu mano entonces,
y dejo que te marches.
Intenté retrasar este instante
al punto de eludirlo por siempre.
Mas, lo inevitable no cambia,y siempre llega.
No vuelvas tu rostro en la partida
Ya mi mano,extendida,no encontraras,
solo mis pasos,al igual que los tuyos, alejándose.

-Adiós-
Bajo el cielo del ocaso,me despido.
-Adiós-
Desde un mundo azul me respondes.
y un pajarillo trae en su canto,
para tu corazón un nombre.
Y una brisa canta una ausencia al mio.
Quizá mañana broten las hojas,
en los arboles de otoño que acompañan mi camino,
por lo pronto se,solitario sera mi destino.