Culto

No soy menos humilde,
quizás la más peculiar
para brindar por tu vida
que no fluye por el mercado
extendido de mis vicios,
se humilde y sencilla
sobre la tumba osada
de mi anhelo señalado a fallecer.

¿Cómo explicarlo?

Me recuse al imaginar
en mis sueños cándidos,
era YO la elegida,
es la pena del invierno
en mi campo de soledad
del verbo atrayente de dolores.

Nada más bello,
mi aflicción en tu apacible culto.