Carta de olvido

Hace casi tres meses de una de mis depresiones más fuertes, me parece increíble que haya pasado ya tanto tiempo y me sienta casi completamente recuperada. Suspiro al pensar todo lo que en aquel momento se pasó por mi mente, las sensaciones en mi cuerpo, las noches enteras de llanto incontrolable, la angustia, las ansias, lo devastada y rendida que me sentía. Tal vez suene tonto pero el haberte perdido me parecía uno de los fracasos más grandes de mi vida, no imaginaba una vida sin ti y a pesar del daño que me causaba tu presencia, sentía no poder vivir en tu ausencia. Hoy han pasado ya quien sabe cuántos días sin que hable contigo, me siento aliviada. Y es triste pensarlo después de todo lo que significas te en mi vida. No te he olvidado, en realidad nunca lo haré. A veces mientras camino por la calle, feliz, acompañada de las personas que me han dado el ánimo de seguir (incluso sin saberlo) siento un piquete en el corazón, es como un alfiler muy muy delgado que se manifiesta por segundos, ahí estas tu, haciéndote presente. Recordándome que vives en un profundo rincón de mi corazón y que aunque no lo quiera tus fantasmas visitan mi mente en las noches lluviosas. Pero ya no caigo, me alegra recordarte y doy gracias a la vida por todo lo que aprendí de ti, agradezco cada instante que creí perfecto, cada sueño que imaginé a tu lado, cada sonrisa, cada pelea, cada lágrima, cada momento de ansiedad y pensamiento suicida. Todo se ha ido pero me ha dejado tanto... He aprendido que soy más fuerte de lo que jamás pensé. Aprendí que hay personas que harían todo por mí, mi familia, mis amigos, la vida me ha puesto frente a las personas indicadas, no importa si se van o se quedan. Gracias por haber sido todo, gracias por hacerme aprender a no confiar, a no idealizar, me siento más madura, más preparada para el mundo. Con un corazón más fuerte pero dispuesto a luchar. Amo a quienes me aman y no pienso volver a hacerlo de otra manera.
Y así algunas noches de lluvia aún te recuerdo y una lágrima indiscreta se escapa, no me da pena, porque hay heridas que dejan pieles más fuertes, hay heridas bellas que representan enseñanza, hay heridas bellas que de vez en cuando nos sacarán una sonrisa y un piquete en el corazón.