Libertades anheladas

poema de Luzdia

Libertades anheladas en la dualidad de los seres,
rompiéndose las cadenas, abriéndose las puertas majestuosas,
sales como suave brisa en busca de un ser corpóreo,
consumes toda su energía en el placer de la vida.

Libertades anheladas, en el silencio de mi lecho,
cantando las horas, recitando los minutos, susurrando los segundos,
recorren mis pensamientos mesclados de desacierto,
A la espera de un discurso que devele el secreto.

Libertades anheladas, que se logra en común acuerdo,
no queda más que esperar en la lucha del desconsuelo.
Estas libertades tan dulces como el néctar de los insectos,
endulzan el paladar, pero amargan el pensamiento.

Libertades anheladas, te dejo en el goce de tus objetos,
lentamente la mirada del que cela con esmero,
guarda el silencio abrumado que busca caer en tus juegos.
Libertades anheladas que cuando hieren, deseas encadenarte por eterno.