¡Existes en mis sueños!

Existes en mis sueños, te grito en lo más remoto y profundo de mi ser sobre todo lo que no puedo decirte.

Licor, suave veneno que deje de beber hace mucho tiempo atrás para disipar todo recuerdo de tu existencia; se va por gargantas equivocadas y yo... Muero enferma de sobriedad.

Así, como muchas líneas fueron tegiversadas y varios sueños quedaron inconclusos, son las líneas del camino que decidí truncar por complacer tus deseos.

Qué si hoy, sé que existen los destinos prestablecidos; permíteme cariño a juzgar por tu criterio, amanecer en tus ojos y anocher en tus labios.

Y que si llego a equivocarme repetidas veces, mi desdicha caiga sobre tu cuerpo como lección de vida y que repetidas veces saciemos aquel encuentro.

En el horizonte de mil mundos paralelos existentes en mi consciencia pude respirarte como narcótico; en mis sueños... Sin duda me fume tu cuerpo.

Pero mi sistema nervioso puso toda resistencia y el síndrome de abstinencia  me llevo a intoxicarme en otros cuerpos y a delirar de dolor por tí.

¡Dulce néctar, deplorable desdicha! Llevándome sólo a un paso de despertar, pude sentir en cada línea la ausencia de tus brazos.