Corazón bondage

poema de MASK Skonvros

Si te importuna
que te quiera tanto,
no haberme agarrado
tan fuerte la mano
cuando me moría.
Tus pelos cobrizos
hicieron acupuntura
en mis mejillas rojas
cuando me besaste
y me despertaste
del sueño en que vivía;
un sueño sin
tus labios rosáceos
apretando los míos
¿qué valor tenía?
antes que destacar
en la última contienda
moriré yo profano
y vos, inmaculada.
Llevaré en mi Samsonite
tu último abrazo,
la miel en los labios
y la sal en la herida;
antes de rescatar
las palabras que guardo
en mi manzana de Adán
me aclararé la garganta
con hielo y ginebra
y si te digo te amo
no será un agravio,
sino una despedida.

Empieza a asustarme cuánto
me gusta estar borracho.
¿Así empieza la crónica, Dante,
del vaso, de la red bull y el jäger?

Mirá bien mis ojos, ve qué vas a dejar si te vas;
si ya hiciste tu plata, ¿qué es lo que hacés aún acá?
Si es que aún nos queda tiempo,
¿como es que quedó tan quieto
en el reloj el segundero?
Es una aguja clavada
tanto que no duele nada
hasta que te acordás;
Es como un bocado
de un desdentado
a la manzana de Isaac.
Si yo me muero contigo,
¿serán las llamas abrigo
u oiremos gritos sin parar?

Y tu corazón bondage,
¿dónde lo vas a guardar?
Cuando supe que te irías,
grité fuerte carpe diem...

Mirá bien mis ojos, ve qué vas a dejar si te vas;
si ya hiciste tu plata, ¿qué es lo que hacés aún acá?
Si lo nuestro está muerto,
¿por qué, entonces, su espectro
duele al tacto en cada encuentro?
Es un sólido fantasma
el que siempre nos agarra
y nos junta una vez más.
Es solo un llanto ahogado,
mismo que da manotazos
para poder respirar.
Si yo me mudo contigo,
¿será el cielorraso paraíso
u oiremos gritos sin parar?

Y tu corazón bondage,
¿cómo lo vuelvo a pegar?

¿Y si te hago un collage
con las piezas que pude juntar?
Cuando supe que te irías,
se fue igual de mi hombro el peso
y se abrió un hoyo en mi pecho.

Mirá bien mis ojos, ve qué vas a dejar si te vas...
si acá no queda nada, ¿qué es lo que te ata a este lugar?...
Es de arquitectura hostil...
el nuevo plano a construir...
el recinto en tu interior...
en el que yo, se supone,
he de quedarme a vivir...
Si me hubieras dicho que desearías no odiarte tanto,
yo te habría dicho que preferiría amarte un poco menos.

Comenta & Vota