¿QUIÉN QUIERE UN CORAZÓN?

¿Quién quiere un corazón?

Quién quiere un corazón?
Te garantizo que nunca te dará dolor.
Su apatía te mantendrá a salvo de la decepción.

Cupido aun anhela que sus flechas traspasen este blindaje con que resguardo a sus añejos latidos.
¡Ellos han subsistido con el mismo ritmo!
¿Es acaso por mi cobardía que se impone o simplemente mi camino aun no ha caminado con la verdadera silueta de ese amor?

¿Quién quiere un corazón?
Después de aceptarle, te ubicara en una total realidad cuando la inconsciencia de los sueños pretenda cegarte.

Pretencioso alertará a tu mente cuando alguna mirada intente aprovecharse de tu libido. Ese que dormita pasivo a la espera de las caricias que le despierten de tu piel. El te dotara de control cuando la duda atormente tu estabilidad con esta repetitiva pregunta… ¿Acaso esta vez si me amaran?

¿Quién quiere un corazón?
Incluye variadas cicatrices de un pasado donde las desilusiones le transformaron en un rompecabezas. Al ser armado y zurcirlo, sus sueños quedaron remendados. Ellos leales y fuertes no le abandonan, ni tampoco permiten que sufra por las acciones de mi mente.

No te hará confiar de aquellos seres que siempre llegan pero jamás se quedan.

¡Vivirás en constante apatía!
Esa que nunca te aquejara con cuestionamientos acerca de la probable llegada de tu otra mitad. Tal vez en algún tiempo te aburra y te incite a probar lo efímero del momento y al terminar de degustar esas caricias, esos besos y esas promesas te preguntaras... ¿Es mejor disfrutar fingiendo que no siento o es mejor sufrir creyendo ser feliz al estar en compañía de alguien que me trasmite una completa soledad?

¿Quién quiere un corazón?
Te dará experiencia para aventurarte en brazos desconocidos aunque... ¿podrás llegar a despreciar a otro corazón sin herirlo?

Sin temor te recordara que tan fortalecido te encuentras e incondicionalmente te ayudara a decidir... Si vale la pena que él te proteja no permitiendo que experimentes con tu propio corazón.

Con su ayuda descubrirás tantas mentiras y una que otra verdad. Tomaras decisiones en las que le hagas saber a tu corazón que es momento de continuar sin ayuda de ese corazón que siempre será ajeno de tu pecho.

Cumplido el cometido de este corazón prestado, debes de ofrecer a alguien más su experiencia para hacerle frente a los embates del desamor.

El seguirá asistiendo a otros pechos hasta que mi mente recuerde que es momento de romper con el exilio que ha mantenido incompleto a mi cuerpo. Exilio que ha dejado a mis sentimientos apáticos y a mi piel insensible ante las caricias del amor.

En pago por el dolor generado fue ser exiliado asistiendo a otros enamorados que fueron felices y ahora son depresivos por causa de aquellos amores ficticios.
¡¡¡Quién quiere este corazón!!!

Autor: Mario César Palma G.
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