“La tumba bajo el Ibirapitá”
“La tumba bajo el Ibirapitá”
Llueve torrencialmente, justamente hoy
Que tan triste y vencido estoy
la nostalgia escondida en las paredes de mi habitación
en guardia y muy atenta agazapada
Disimuladamente comienza abrazarme
Quiere quedarse junto a mí para lastimarme
Herirme y castigarme
Con sus susurros intenta convencerme
Clava sus garras en lo profundo de mi corazón
Me trae tu imagen para doblegarme y vencerme
Y al mirar tu rostro termino derrotado
Nostálgico triste y callado
por el destino abandonado
Me abrazo a tu recuerdo
que anida en mi memoria, por mi tan venerado
Para morir en los brazos de tu dulzura
Contemplando la impresionante ternura
Que encierra tu mirada y la incomparable
Miel que existe en los labios
de la boca más hermosa y más DESEABLE
de este mundo, Tu Boca Adele.
Sigue lloviendo tanto afuera como en mi alma
Todo es gris melancolía lluvia y nada más
Hasta que aparece la irónica risa de la realidad
Como tantas veces burlándose de mí
Prefiero caminar bajo la lluvia en soledad
temblando de frío y no de tristeza
Que me moje hasta el alma sin piedad
Y me castigue el viento como una hoja más
Para morir en el fango hecho pedazos
Abrazado a mi cruel realidad.
Como un triste lamento gime el viento
Azotando los árboles castigándolos con crueldad
al cruzar por el viejo baldío un entrañable amigo
Sale a saludar al Mendigo
un viejo perro melancólico y cansado
tan viejo como yo, triste y abandonado
caminamos en silencio sin mirarnos
con nuestro dolor por el destino otorgado
cada uno con su collar de viejas amarguras
marchitas y canosas nuestras frentes
viejas cicatrices y profundas arrugas
como una corona de sufrimiento incrustada
castigados por el cruel látigo del destino
dejándonos profundas heridas marcadas
donde más duelen sobre la piel del alma.
Llueve y la noche se hace larga
Nuestra vida tiene un karma
Por siempre Mendigos ser
Buscamos el abrigo de un añejo pino
Para guarecernos con mí viejo amigo
Yo lo miro y cuanto lo comprendo
y el sin hablarme cuanto me está diciendo
su mirada es tan triste, profunda y calma
que te mira hasta lo más profundo del alma
allí donde ambos guardamos
nuestra más sincera y noble amistad
mojados con hambre y frío en esta soledad
como dos parias abandonados por el destino
parecemos dos apóstoles bajo el añejo pino
sin rebaño ni fieles a quien predicar
el evangelio de la soledad
sin mesías que seguir y venerar
somos la imagen del ocaso
difusa de poder apreciar bajo la Intensa lluvia
arrancada de un cuadro de Picasso
que como titulo llevaría
Dos Vidas en su triste Ocaso.
Gastando vida y mojados hasta el corazón
Sin tener una sola razón o una miserable ilusión
Un anhelo, una pequeña utopía porque luchar
solo sabemos los dos bajo la lluvia caminar
en silencio escuchando las gotas de lluvia
que nos hacen soñar
con la triste ironía de un mundo mejor
con un trozo de comida y de un buen fogón su calor
para aliviar nuestro frío con la flama ardiente de su candor
solo sueños nada más nos sigue castigando el viento
como a las copas de los árboles y sus ramas
que torciéndolas las azota hasta el piso
como azota nuestras pocas esperanzas
quizás tenga razón el viento o dios así lo quiso
mi viejo amigo regresa a su guarida en el baldío
lo miro lentamente alejarse le pesan los años
sobre su espalda se ven viejas cicatrices
de antiguas peleas por su territorio que le hicieron daño
y una duda se me clava en el corazón
hasta cuando mi amigo me seguirá acompañando
retumba la pregunta en mi memoria
sin contestarla nadie en el aire ha quedado
una página más de nuestras Historia
quedara el eco de la pregunta
retumbando en mi memoria.
Regreso yo también a mi guarida
Me duele el corazón que late desesperado
no puedo olvidarme de amigo regreso a buscarlo
y al ingresar al baldío lo encuentro tirado
me mira como despidiéndose ya casi sin vida
lo tome entre mis brazos caminando apresurado
por fin se vislumbra mi casa, hemos llegado
junto al fuego sobre una manta lo he dejado
cuando me acerco para acariciarlo
se prende con sus manos de mi negro abrigo
que te pasa querido amigo
me mira y me desgarra el alma
con su mirada entendí lo que me decía
hasta siempre compañero y amigo
y en mis brazos sus ojos para siempre se han cerrado
la llama del fuego lentamente se ha pagado
y en el humo veo que sus ojos me están mirando
lo veo feliz corriendo por los campos del cielo
ya no tiene pena en su mirada
moviendo su cola me está saludando
pero te has ido de mi lado compañero
un fuego interno envuelve al mendigo
nunca supe tu nombre nunca te dije el mío
en este amanecer tan triste y frío
lo entierra debajo del Ibirapitá
el árbol de los sueños a su entrañable amigo.
Una cruz señala los restos de su amigo
una roca de rustica apariencia al pie de la tumba
sobre ella estampa con su pluma
El Poeta y Mendigo……………………………………
“Aquí descansa Mi fiel Compañero y amigo
Caminante de la noche y dueño del silencio
Con su humilde mirada y su eterna sabiduría
todas las preguntas él las sabía
y todas las respuestas también las tenía
Coleccionista de estrellas y madrugadas
Tiñeron de blanco tu frente los ardientes soles
Y del invierno cruel las frías y heladas madrugas
Faltan las palabras, sobran los sentimientos este día
Para explicar tu partida, queda un vacio en mi vida
Imposible de llenar y una cicatriz en mi alma
Como una profunda herida.
Suelta una lagrima el mendigo como plegaria
que se vuelve rezo en el viento
para perderse en el azul del cielo
lanza un grito el Mendigo que desgarra el silencio
con vos entrecortada un lamento hecho suspiro
que se pierde por los tiempos de los tiempos
“Amigo……. espérame entre las nubes y las estrellas
Cuando llegue mi partida y me maten los recuerdos
en una negra noche de viento lluvia y soledad
por los caminos del silencio a los cielos asenderee
y siguiendo tus huellas junto al baldío te encontrare.”





Comentarios & Opiniones
Muy hermoso!
Shultsz: Son tus palabras tan hermosas como la brisa que trae el viento en el verano, una caricia de aire fresco para mi alma.
un ahondar y solazarse en los amargores de la tristeza de la nostalgia, con bellos versos i figuras con mucha fuerza
Eusebio: Como siempre es un honor para mí recibir tus palabras para este humilde Mendigo y Poeta de soledades y silencios que prefiere caminar bajo la lluvia antes que lo rodeen y lo mates los mismos recuerdos que le dan vida.