Sal para sus Lápidas

Cuerpos, sólo cuerpos
que transitan errantes
por senderos inconscientes
van surcando ciénagas
que nutren sus entrañas,
van volando ciegos
por los cielos despejados
arrojándoles penumbras.

Ni los minerales
de las rocas
concentran en sus cinturas
tanta dureza y tenacidad.

Ojos, sólo ojos
que ven atónitos
fotografías gélidas
de esencias humanas
que yacen oscuras, tiesas
que esperan y esperan
en sus indómitas almas
cobijo alguno, calor.

Ni los minerales
de los volcanes
sueldan en sus salivas
tanto ardor y voracidad.

Manos, sólo manos
que aplican su arte
lacerando con sus leznas
inocentes ignorados,
para contar sales
y guardarlas copiosas
hasta sus desenlaces,
retratándolas en sus lápidas.

9-7-2012