La azalea y yo
El color de las azaleas
es cada vez más débil
de rojo ensangrentado,
ahora lucen de un rosado triste,
transparente
las abejas dejaron de visitarla;
el viento amenaza con
arrastrarlas, ellas no saben
como sostenerse, las hala
haciendo piruetas y remolinos
por el piso.
Un ave solitaria se aferra
de una escueta rama
balanceando para no ceder al viento.
El grosor de las sombrías nubes
parece romperse
y comienza su llanto silencioso.
Heme aquí, saboreando el frío,
el lóbrego claroscuro
que es más cálido que mi pecho;
hasta las gotas de lluvia
se sienten tibias.
Mi chal lucha por no seguir el rumbo
de las azaleas que se robó
el viento, lo mismo que mí vestido,
que pelea por desprenderse de mí cuerpo.
Pero aquí, soy feliz
como no puedo serlo en ningún otro lugar
porque aquí soy dupla
aquí, la mustia desolación
y yo, somos una…
Comentarios & Opiniones
Interesante ...
Pero aquí soy feliz ...
Saludos y a seguir , María Del Rocío
Excelente escrito, gran placer la lectura. Saludos María del Rocío
Bellas letras llenas de melancolía, un abrazo
La mente querida María del Rocio que usted tiene es muy bella, tanto que surgen cosas como este escrito que atrapa, felicidades un gusto enorme leerle
conozco este sentir, me encanta. Saludos
Hay en la desolación un misterio irresistible que casi siempre se traduce en una bella melancolía y eso querida María es poesía.
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