Caretas de Abandono
Y allí estaban sumergidas en su propia sangre,
Probando las dinastías más severas y criminales.
Bajando la guardia de la perseverancia,
Huyendo de la descalabradura arma de la injusticia,
Se hallaba el cadáver de la cobardía y avaricia.
Fue tocando las espinas de aquella rosa marchita,
Sus pétalos eran danza entre sus dedos,
cubiertosya por cenizas opacas y arenas claras,
Suavizando su pequeño perfil atrofiado, sus mejillas
Estaban cubiertas por el fango y sus manos,
Esas eran las únicas que sobresalían del pantano.
Porque así, como así, entre mágicos besos, textiles gruesos
Y gorros de marfil,
Así, así como entre sereno y fuerte, como clamando entre especies
Aquellas notas de un desencajado frenesí.
Pero no fue hasta las primeras flores de abril,
Que entre esperanzas acunadas, víveres e infortunio,
Descendió un manantial de lluvia cristalina, que yacía en la taza
Que mezclaba con sus ilusiones, cuando con dulzura probaba el cáliz
Del deseo y sus mejores canciones.
No era para regalar aquella sonrisa fingida, era motivo de enmascarar la pureza,
Maquillar la esperanza y desarmar las pasiones.