LA SAL DE LA PAZ
LA SAL DE LA PAZ
Tomó sus manos y la elevo al cielo
Mitigando la luz rojiza de la muerte
Más las manos cayeron desparramadas
Ya su viaje al infinito concluyó
Oró hasta cansarse al poderoso
Más el soplo de existencia no fluía
Odio la quietud y la razón del ser
Impotente al destino cobrador de sed
Masculló idolatrando a otros seres
Más nadie respondía a su llamado
Al ver el final sin escolta de espíritu
Resolvió enmendar sus pasos y volver
Soy el elegido grito a la luna y sol
Las estrellas le contestaron que ¡ SI!
Es el elegido el apóstol de la paz
De sus manos fluía rayos curativos
Ando, camino, viajo reuniendo al ganado
Cuando eran muchos, hartos, innumerables
Les enseño la doctrina de Buenaventura
Convivieron en armonía, dibujando la casa
Y su palabra fue ley, engendró patriotas
Con corazones puros y sinceros
Terrenales de sentimientos diáfanos de luz
Compartiendo la lluvia vecinal
Y sus vivencias aprisionaron la alegría
Sus mentes el espejo del Dios bendecido
Sumando el ejército de paz, canto supremo
Sembraron el mundo de fiesta eterna
Más siempre al acecho la mano cruel
Osó destruir el edificio de bondades
Pero la sal que sazona el sudor
¡Nunca más!
Nunca más
Nunca más
Nunca más
La destrucción del hombre
Nunca más más sal más sal para la paz
Más sal
Sal bendecida
Vida vuelve a nosotros
Hermanos del mundo
La paz
La paz sea con todos
La paz
La sal de la paz.