Vacío

poema de Mar

En esta noche
de bostezos lentos.
Baja hasta al cuello
la triste suerte,
que ha de callar
toda la sombra.
Las horas giran,
en remolinos. 
He caminado
mil madrugadas.
La gente duerme
y es un alivio.

Yo fui a buscarme
y no había nadie.
Sólo una cruz
en el vacío.
Yo fui a buscarte
y no había nada...

Nunca el abrazo fue tan remoto.