Crímenes

Hay crímenes que paralizan, crímenes que memorizan, pero el crimen más dulce es el hecho de que existan mujeres que evocan a escribir estas líneas, mujeres con ojos tan bellos y profundos que invitan a perderse en ellos, con figuras tan exactas que alaban a la creación, con labios tan dulces que quisieras beber de ellos, en conjunto todas ellas musas que iluminan, compañeras consejeras y enemigas que retan a juegos calurosos en noches que no terminan, en momentos pendientes, en instantes memoriales.