La bondad de Leviatán

poema de M.M

La bondad de Leviatán

Bendita la desgracia
del que le conoce, y perdidos
queden aquellos que de él hullan;
Pues no hay mayor pena
que no saber que hacer con la maldad,
es él, Leviatán
el que irrumpe
en la vida y sus faenas;
que sin conocerle
arroja a la locura
y conociéndole temiendo
llena de amargura;
no temas más ni a dios pidas
pues por gracia divina
es que a tu lado anda
y solo al ver su brillo podría
gozar el alma;
Leviatan que por un fruto,
los misterios incita a conocer.
Excitan los sentidos
Sus labores
y con fornidas alas
al alma desnudan;
algunas noches
arrebata y trae a otros
mundos,
y sabe que mucho agradan.

¿Le has visto alguna vez?
no soy única víctima,
y como de las virgenes
hay testigos de su oficio
y muchos nombres tiene:
una ocasión Virgilio,
otra vez, serpiente;
y Mefistofeles le llaman,
tío Job le vio también
y mucho le agradaba.
Quisiera yo fundirnos a uno
o conocer sus artimañas
para andar en sosiego
y vivir sólo, cínicamente
en mi pecho, en esa fragua
donde habita y se me escapa.