MUERTE EN LAS DUNAS
poema de Margazul

Con un terrón de azúcar
dibujaba sonrisas, bebía café
de orquídeas y relojes, desde
ondulados mares
se elevaban al cielo
sus arenas ardientes.
De noche,
frente a un incierto espejo
salpicado por dulces gotas de almíbar,
escuchaba a viejos beduinos
recitar antiguas leyendas.
En recóndito pozo nacía
su indómita sangre;
fustigado por los feroces látigos
de sanguinarios jinetes,
encontró la definitiva paz
a la sombra de las estrellas,
bajo el leve murmullo de las altivas dunas.



