En tu ùltima morada

El coro celestial aumentado un Ángel más a su rondalia, llego desde la tierra en un viaje de paz y armonía el amigo, compañero, el gran señor con cualidades dignas de un ser humano que en el paso por la vida terrenal en cada acción fue sembrando amabilidad, respeto y cariño para sus seres queridos, sus familiares y amigos. Jorgito Gaibor cuántas tardes compartimos tu entusiasmo y buen humor, la alegría espiritual que con la pequeña vitela rasgabas con dulzura la guitarra, y de tus labios salía una delicada voz en las canciones que no solo se cantan, sino que se escapan del alma, cómo no recordarte al mes de tu irreversible partida al seno del Creador, nos queda grabado en la mente y corazón de los miembros del Grupo Taller de Guitarra del IEES , toda la caballerosidad del amigo, tu canción preferida que la interpretaste con la destreza de tus manos en la guitarra y la voz romántica de tus labios,” Me de comer esa tuna aunque me espine las manos” me parece estar aún junto a tu lado escuchando y sonriendo al escucharte , tu expresión dibujada en el rostro del hombre alegre , ameno, sano para dar un consejo, característico en tu manera de bailar, conciliador en los momentos oportunos , que grande es tu figura Jorgito, el vacío material que has dejado en la sala de repasos , se llena de tu presencia espiritual y en medio del dolor y la alegría tu recuerdo esta vivo en este conjunto de mujeres y hombres de la edad adulta que tuvimos la suerte de compartir tu grata presencia. Nuestra solidaridad con su querida esposa e hijos, Dios les bendiga y la seguridad de que Jorgito se encuentra ejecutando melodías y cantando la dulzura de temas que llegarán a cada corazón de quienes añoramos su presencia.
La ruta de los grandes es por naturaleza infinita,
El camino se abre con trabajo y singular alegría,
Tus pasos llegaron sin temor y cumplidos a la cita
Ante el Señor que anhelaba escuchar tu sinfonía.

Valiente, trabajador, barón ejemplo de virtudes
Luchador como un roble sin temor a las dolencias
Los trigales se mueven hoy en todas latitudes,
Al compás de una brisa que narran tus vivencias.

El encanto de tu singular sonrisa, es una historia,
La guitarra, la vitela, la motoneta, se han dormido
Extrañan tus manos honradas, veneran tu memoria,
Buen amigo, resérvanos un lugar junto a tu nido.