te deseo el mal

No puedo mentirle a la luna, Ni a las estrellas, ni al tiempo. Ni mucho menos puedo mentirme a mí mismo.
Cómo desearte el bien, Si solo me causastes el mal.
Como desearte felicidad; Si por tu culpa mi almohada amanece húmeda todas las madrugadas.
No puedo… No puedo mentirte. No puedo escribirte cosas bellas Como cuando te escribía en las soleadas tardes de abril o en las frías noches de enero.
No puedo… Y por más que quiera mi desahuciado corazón no me lo permite.
Y Mientras Los días se tornan grises Y las noches interminables. El rencor crese ávidamente dentro de mí. Lleno de ira; Me siento a llorar a orillas del mar, Pues hay; mis inagotables lagrimas parecen insignificantes comparadas con la vastedad del océano.
Intentando curar mis heridas; Ahogo mis penas en hipócritas y pateticas sonrisas que solo hacen mas deplorable la miserablesa de mi existencia.
Ya no soy el mismo temo volar. Deje de ser ese juan salvador gaviota que se aferraba a la vida Que se aferraba a sus sueños, ese que volaba por satisfacción propia, Ese que recorría tu cuerpo para hallarse así mismo. embriagado de soledad; Maldigo al destino por presentarme la causante de mis males, De mis amarguras. De mis calvarios. ¡Quién diría que el sufrimiento tendría nombre de mujer!
Algunos dicen, Desearle el bien al que mal te a echo; bastardo rufián el que pronuncie tan falacias palabras. ¡Tal vez este nunca sufrió un desamor! Tal vez Nunca padeció lo que hoy, padece mi alma.