Los que no regresan
poema de Un Poeta Más
Hay un lugar donde van
los paraguas olvidados en los cafés,
las bufandas que se dejan en taxis
y las cartas sin sello
que nunca salieron del cajón.
No es un sitio físico.
Es una torsión del tiempo,
un pliegue detrás del mundo
donde las cosas siguen esperando
a que alguien las recuerde.
Allí,
una llave sigue intentando abrir una puerta que ya no existe.
Un zapato solitario camina en círculos,
buscando al otro,
sin saber que fue tirado por error.
El tiempo —cuando no lo vemos—
hace estas cosas:
cría polvo,
susurra nombres que nadie escucha,
se prueba los abrigos ajenos.
A veces,
cuando dejo caer las llaves al suelo,
cuando me olvido el reloj en otra casa,
sé que no es descuido.
Es el tiempo llamando.
Pidiéndome que lo siga.