Ansiedad y mamá
Mamá: ¿Otra vez?
Yo: Siempre mamá, no es cuestión de tiempo, es cuestión de intensidad.
Mamá: Bájale, ¿Por qué siempre pasa esto?, ¿Dios no me escucha? Siempre estoy pidiendo por ti.
Yo: Seguramente lo hace, pero tu eres la que no me escucha a mí. Quisiera que alguna vez entendieras que la ansiedad es un monstruo que te viola todo el tiempo, y la única manera de sentirse menos ahogado es consensuar que lo haga. Como esa mujer que aguanta los golpes y violaciones de su marido por miedo a enfrentarlo, o aquella mujer sonriendo en reuniones familiares, pero que llora desconsolada cuando nadie le está viendo con la cara y alma rota.
Mamá: Pues enfréntale.
Yo: ¿Cómo enfrentas a un monstruo tan grande sin ningún arma más allá del miedo?
Mamá: Pídele a Dios, él es la respuesta.
Yo: He estado 3 veces muy cerca de conocer a Dios por culpa de la ansiedad, ¿No te das cuenta? No, no es mi arritmia, no, no es porqué se me olvidó tomar la medicina, no, no quiero llamar la atención, ¡NO MAMÁ!, NO ES UN CASTIGO DE DIOS. Es falta de ayuda, no puedo hacerlo sola. Cada día es más insoportable, cada día es más intenso, sus pruebas ya no las aguanto, estoy cansada de sobrevivir, de fingir lo bien que se lleva mi vida. Quiero parar, porque quiero poder vivir, poder vivir una realidad en la cual no tenga que fingir.
Mamá: No sé qué hacer, es que no entiendo.
Yo: Olvídalo mamá, son bobadas mías, no prestes mucha atención. Regaños mentales que a veces me doy. Anda, vamos a comer.
Comentarios & Opiniones
Interesante evasión de a realidad por no poder enfrentar la verdad, gracias por compartir
la tranquilidad es una promesa que se vuelve mas difícil cada año, encontrar un motivo entre muestras de incomprensión es comenzar a comprender a todos a nuestro alrededor. excelentes palabras
Lo leo y me recuerda a una película de Tarantino, cruda, real y llena de expresiones que te soplan en la cara aquello que a veces no se habla
Comenta & Vota