La Cuestión

Esa es la cuestión.
Cada paso dado entre la arenisca
O cada migaja de pan perdido.
No se tiene conciencia dada
De cuantos son los pensamientos
Que se callan cuando cae la noche
Dentro del lecho hecho de sacos
O en las cocinas frías y apagadas
Como el latido de un espejismo.
La cuestión puede pasar.

-Pobre de quien culpe a la vida
Si es señalado con un dedo
En cualquier calle de cualquier puerto-
¡Solo existe visiones de desprecio
Junto con un indiferente prejuicio
Encadenado hasta los huesos
De quienes hacen magia en ollas vacías,
De esos que solo corren entre callejones
Respirando la humedad y toda oscuridad.
La cuestión ha pasado.

No poder iniciar siquiera un destello,
Aunque sea para alumbrar esos faroles
Que adornan las coronas de hojalata
De todos esos que marcharon ciegos,
Abrumados por la sed de la Historia
Y que cayeron enterrados en el desierto
Como esos barrotes en las ventanas semiabiertas
Que golpean con el viento del atardecer,
Al igual que los pasos decididos.
La cuestión seguirá pasando.

Cada vez que los años se van quemando
Se siente la inseguridad y el desconsuelo
Del ingrato sacrificio en vano
De seguir en Chile con desigual suerte
Como falsificación del Edén celestial.
Injusticia, identidad propia del tiempo,
Casi completa sellada en el silencio
De quienes pisotean con leyes, los dedos
Con que se construye esa cierta esperanza.
La cuestión sigue intacta.