Haciendo el camino
Los últimos soles de abril
refugiados en el óxido del otoño,
no nos dejan más que lo rocoso
del piso cuando golpean los recuerdos.
Un paso por la vía bordeando el río,
risas foráneas de bocas sin formas,
palabras desnudas paseando por las piedras,
en la oscuridad de los árboles y las montañas.
Luces artificiales junto a la desinhibida luna
alumbran los pies desgastados del camino
buscando concretar ese último objetivo:
acechar a la inmensidad en lo escondido.
El sonido silencioso del agua aprestada,
las bifurcaciones que nos plantea el aluminio,
el rumbo que nuestros corazones erigidos
decidieron desandar para hallar otros sentidos.
El miedo a lo magnífico de encontrarnos
entre las sombras de siluetas vacías,
en la luminiscente soledad en compañía
y amar desde allí nuestra distancia constructiva.
En la punta más alta de escalones cansinos,
observar desde las nubes la vías, las rocas y el río,
festejando haber abierto nuestras venas
para dejar que ingrese un nuevo desafío.
Comentarios & Opiniones
Hermosas letras!la fuerza esa transición onírica. felicitaciones y saludos cordiales.
Muchísimas gracias, Silvia. Saludos.