INVIERNO EN AGOSTO

La bruma, tan repentina lo cubre todo cuando aparece
sopla el viento grosero, hace un frío atroz que estremece
los árboles del pequeño patio han perdido su atavío
las casas cierran sus puertas, ha quedado el andén vacío

Truenos feroces abren las nubes provocando espanto
sapos cantan felices y saltan en el jardín de tanto en tanto
cubro, como siempre, mi soledad con el mismo abrigo
trato de evitarle a mi alma aquellos efectos que la lluvia trae consigo

Una gorra de lana y una bufanda me esperan pacientes en mi vetusto armario
el humo del café y el cigarrillo han logrado confundir mi calendario
con mi taburete de laurel nos colocamos cerca de la ventana
¡cómo viste el tiempo de oscuridad profunda la soleada mañana!

El cristal se empaña, vienen los recuerdos como cada invierno
repaso los versos que un día escribí en mi olvidado cuaderno
las gotas perladas al caer componen una triste sinfonía
me arrebata la idea de caminar de tu mano en este álgido día

Hilos cristalinos se deslizan por la ventana hacia la pared
por más que he tratado, todo ha sido en vano, gana la nostalgia, me tiene a su merced
gélidas gotas se mezclan con la tinta de versos de antaño
dejan en mi corazón manchas imborrables que hacen mucho daño

No aguanto más, dejo abrigo, gorra y bufanda sobre la cama
decidido abro la puerta, quiero mojar mi cuerpo mi espíritu y mi alma
Decepcionado regreso… ¡cuán ebrio estoy y no he bebido ni una sola gota de mosto!
¡Cómo voy a sentir la lluvia si el invierno no es en agosto!