DESENCUENTRO

Aquí te espero, ave nocturna del consuelo.
Aquí, entre luces de neón, licor y hielo.

Mi cuerpo se agita con vuelo de extraño rielo.
Me atraes, y quiero caer contigo por el suelo
en un ataque voraz de tigre bengaleño
hambriento de la carne que conforma tu cuerpo.

¡ Cómo poder resistir al poder de tu señuelo
sin haberte devorado en noche de silencio!

Despreciativa, opositora a todo intento,
quedaste en el edén florido de nuestro lecho.
Yo, sediento de tí, partía para ser satisfecho.

Dos distancias, dos cuerpos buscando su consuelo.
Uno, lo busca en el sometimiento del otro sexo.
Otro, muestra aguerrido su mayor desprecio.

Uno y otro destruyen su baluarte, su sustento;
corroídos de rencor, desolación y desprecio.