ORACIÓN

Entono una oración por los caídos,
por los que se marcharon con su queja
de amor y sobreviven en la vieja
liturgia de almanaques afligidos,

de ciénagas azules y podridos
fantasmas que consumen la compleja
parábola del naufrago que aleja,
despacio, su rescate y sus cumplidos.

Y rezo por la efigie del tormento,
por todos los delirios que lamento
haber visto en el rostro de los otros;

por cada moribundo; por los huesos
vencidos de soldados inconfesos;
por toda la memoria de nosotros.