La alegre mariposa

poema de El Gori

La mariposa alas de seda volaba y volaba de jardín en jardín siempre tras el néctar mejor, el de la más bella flor.

Insaciable criatura, flores, pimpollos, botones, todos le apetecían. Rosas, dalias, crisantemos, violetas y malabares, alelíes, calas, jazmines y también el limonero; orquídeas, lirios, azaleas, hortensias y margaritas, todo jardín le atraía, cada flor la deleitaba y así en alocado vuelo, errático, sin derrota definida, de toda fuente libaba, suavemente detenida por tan sólo unos instantes sobre satinadas corolas, leves frágiles pistilos, vibrantes tensos estambres, sobre una alfombra de oro de polen embriagador.

Tan frenética en su búsqueda, ávida del elixir divino, nunca cejó en su empeño tan decidido y certero, nada más la motivaba, ensimismada, enfocada, su consigna cantidad, volar, volar y volar.

Y así pasaron las horas, los días, semanas, meses, sorteando depredadores, un calor abrasador, fuertes vientos y chubascos, todo ella superó. Férrea era su voluntad, muy claro su cometido, por momentos parecía poseer plena consciencia de su propia finitud, su perecedera esencia, fin de su ciclo vital, lo cual quizá la impulsaba, afanosa actividad.

Y con ímpetu volvía, nada más ya le importaba, ¿Era fuerza natural, adicción propia de insectos, o un humano común vicio imposible de pensar pudiera manifestarse en el insecto universo dentro del reino animal?

Atrás quedaron los días de reptar por los confines, oruga ya superada en crisálida tornó, animada suspensión en espera prolongada, soportada únicamente por la segura promesa de una alada libertad. ¡Volar, néctar y más vuelo, de flor en flor encendida, su esencia de mariposa espléndida se veía!

Y el tiempo se desgastaba, celajes que eran instantes implacables transcurrían, hasta que de golpe todo su mundo se transformó. Sus fuerzas la abandonaron, su brillo mustio tornó, no pudo levar el vuelo, su porte se marchitó, sus alitas se secaron, sus colores se opacaron, más vuelos no realizó. Cual Ícaro temerario que al sol osó aproximarse, su cuerpecito de cera y su lepidóptera esencia por completo se fundió.

Así la alegre mariposa un recuerdo se volvió. Cumplió con su cometido, a cabalidad vivió. Su mariposa progenie pronto la sustituyó reiniciándose así el ciclo interminable de vida al cual su vida entregó.

Toda alegre mariposa que para mariposa nace, como alegre mariposa su vida entera discurre, y al final de su existencia sin preguntas ni respuestas su breve paso concluye.

JR
27.9.2017

Comentarios & Opiniones

Silvia

Precioso texto lleno de belleza y poesía me encanto felicitaciones! beso

Critica: 
María del Rocío

Muy bonito leerle saludos!

Critica: