A veces siento que no existo…

A veces siento que no existo…
La vida se va como el agua entre las manos, cada persona, cada mirada, es la entrega de todo un esfuerzo para superar las incidencias que desmoronan el alma. Nada crece sino se amarra a la línea del tiempo, todo se ajusta a una realidad ineludible. Lo que ves a tu alrededor es importarte porque verificas tu visión del bien ante las acciones del ser. Si tu dejas a las circunstancias de la vida actuar por sí misma en función a lo que haces, nace inmediatamente tu conciencia a darte sus consejos, a verificar que andas por el camino correcto, es decir todos los aspectos son importantes para el ser humano para desenvolverse en paz, para vivir en el amor y las buenas costumbres, pero tiene mayor peso lo que no es tangible ante la sociedad, porque es lo que es lo que te dice cuanto verdaderamente has hecho por ti y por el prójimo, solo así puedes demostrar tu grado de franqueza y moral ante los que te rodean.
No todo es como tú piensas, sin embargo tus experiencias son validas para dar el buen ejemplo, o tal vez para evitar que otros caigan en tus mismos errores. Esta alerta con lo que dices porque tus palabras son decretos que se cumplen a corto o a largo plazo. Nada es gratuito en la vida, todo tiene su razón de ser, bien sea por amor, por rencor, o por venganza, lo cierto es que de acuerdo como piensas así actúas.
El ser humano autentico está hecho para amar, a pesar de su naturaleza pecaminosa. No todo es malo, tú vas construyendo tu propia cruz. No te creas infalible, da apertura a las realidades de otras personas aunque en el fondo no te importen o simplemente no las compartes.