Noches sin luna

Recuerdo aquel instante en donde el tiempo se detuvo,
aquella mirada penetrante, virginal inmaculada, algo inmadura.
En un instante ese mundo extraño, no era ajeno al mundo solitario.

El nacimiento de una semilla que germino en el interior
y de repente tu ausencia quemaba en los más íntimo del ser,
necesaria como el agua y el aire que respiraba,
una luz para esta sombra, que en las noches se ocultaba.

Después de conocer el cielo, de pululante belleza,
con juventud ingenua e inquietud por el mundo,
la curiosidad del orbe más grande, de tierras lejana,
los caminos de agua arenan y sal, de mi litoral te alejaban.

comprender que la libertad no es solo dejarla ir,
que a pesar de la intensidad el caudal que fluía por el cuerpo,
desde los sueños resignarse a una despedida sin un adiós,
esperando en el ocaso, que el caudal de las quimeras,
se extinga la llama y la sombra solitaria, se desvanezca lentamente
en un anochecer sin luna.