Lluvia de ojos

Sobre las tumbas de todos los muertos aun no fallecidos las sociedades como maquinarias enloquecidas hacen escala
Asaltan la fulminante biología y peor aún, en caravanas ciegas de masturbación dicen quien ser y quien no ser.
¡El mundo es la bomba!
Violar a sangre la libertad
Arrinconar al común
Satanizar la alegría
Y apenas al final cuando sombras son sembradas aplausos harapientos caen acribillados
Todo parece estar compuesto por auténticas paredes odio abanderado.
Políticos militares maestros parejas jefes médicos ecologistas zoofilicos
Liceístas expulsando miserias merecidas.
Así la vida convertida en el aula más gigante escenarios oportunos donde yo te corrijo y tú en vil estrategia sofocas el terreno de mi honda individualidad.
Que si estas fuera de norma
Que de noche no se come frio
Y de mediodía se calienta cualquier comida.
Pero en el inmerso espejo la ilustración progresiva del dolor no es más que una montaña de pendejos en las olimpiadas de las ratas anoréxicas.
¡Han llegado!