Compañera

Compañera, sepa usted que cada día la extraño
y que continuamente me siento impaciente
por acabar con la tregua que tanto me hace daño
y que me obliga a jugar a serle indiferente.

Sepa que el amor se fue por la ventana
recogiendo sus pasos cuando usted decidió marcharse,
y que yo espero pacientemente a que vuelva mas tarde, o tal vez mañana
con la esperanza de que regrese esta vez para quedarse.

Que no es necesario que pase una eternidad
para que tema que he perdido su compañía,
que no necesito caminar de un lado a otro por la ciudad
para darme cuenta que desde ahora duermo entre sábanas frías.

Quiero hacerle saber que no puedo hacer uso del olvido
para derribar el muro que la mantiene distante,
si usted sabe que la conozco desde hace mucho y aun no he podido
así que no espere que lo haga en un pequeño instante.

Y de paso quiero pedirle perdón
por hacer de su recuerdo un incesante demonio,
porque si es cierto aquello de que no se puede dormir en las noches porque alguien lo está pensando a uno
entonces discúlpeme, por culpa mía usted sufrirá cada noche de insomnio.