QUERIDA NIÑA

14 de marzo del año 2015
mis manos temblaban, mientras estaba con la mirada fija, los pensamientos perdidos y el mundo se me caía a pedazos, mi frente sudaba, recuerdo haber llorado por unas cuantas horas, me levanté, me limpie las lagrimas y me dije a mi misma, no puedes simplemente ignorarlo, vas afrontarlo sola o acompañada vas a darle lo mejor de ti, quiero decirte que pase los 9 meses más aterradores de mi vida, sin saber que pasaria despues, a menudo lloraba, me sentía sola y tenía miedo que crecieras como yo, sin un padre, sin una madre, tenía miedo de fallarte, de no poder darte lo que necesitarás, pero sin dudarlo sabía de lo especial que eras, primero pensé que MAXIMILIANO sería perfecto para ti, quise llamarte CAMILA, pero alguien me dijo que había tenido una perrita de ese nombre y lo descarte, por las noches eras, EMMA, ELIZA, ISABELLA, ERIKA, por las mañanas eras, EMILIANO, JOSE MANUEL, ALFONSO, ANGEL, te imaginaba en cada niño y niña que veía en la calle, pareciera que el destino conspira con las embarazadas para que se le crucen sin fin de niños, nueve meses pasé imaginando tu rostro, tus manos, tus piecitos, el día se llegó, estaba sola en esa sala de urgencia, pensando en quién estaría contigo si algo me pasará, quien vería por ti, ¿quien velara sus sueños? me preguntaba.
02 de octubre del año 2015 el reloj marcaba 4:55 de la tarde estaba en una lucha con mis propios demonios, recuerdo la voz del médico diciendo puja un poco más, otros decían no te rindas, estaba cansada, quería irme, bajarme de esa camilla, decir ya basta, pero rendirme no era un opción, respire profundo entre mi dolor y tu sufrimiento por querer salir, dije una más y fue en ese momento que mis ojos se cruzaron con ese lindo cabello rojito, tu llanto me pareció la melodía más hermosa que mis oídos habían escuchado, querida niña no eras ni MAXIMILIANO, MUCHO MENOS UNA ISABELLA, eras digna de ser KENDALL ELIZABETH, hija de dios nacida en el valle de la luz, te amo desde antes de saber como eras, pero al verte las dudas desaparecieron, no había más que decir, pensar o sentir, en ese momento te convertiste en mi religión, mi credo, mi hogar.
¡Querida niña! hoy 7 años después quiero decirte…
Sé fuerte, sé una guerrera, no te conformes con nada, no te detengas solo porque a otros les parezca que vas demasiado de prisa, mantente firme en lo que crees, ama a quienes te aman, no importa el camino que tomes en un futuro, no importa que tan lejos estemos, estoy orgullosa de lo inteligente que eres a tan corta edad, te a tocado ser referí en la batalla que tus locos padres han puesto en casa, quiero que tengas siempre presente que siempre que quieras regresar, encontrarás unos brazos a los cuales abrazar, tu vida es mi prioridad, tu futuro mi alegría, querida niña...
¡Mi corazón es tu casa!